El objetivo principal de nuestro trabajo en fisioterapia es que nuestros pacientes NO dependan de nosotros para controlar o eliminar el dolor.
Las terapias en camilla son sólo una parte de nuestro trabajo como fisioterapeutas. Cada persona que viene a vernos tiene unas circunstancias diferentes: físicas, mentales, de trabajo, tiempo libre… Por tanto no podemos pretender que nuestros pacientes se adapten a lo que nosotros queramos que hagan, sino al revés: buscamos la forma de incluir pautas de ejercicio en su vida diaria, porque una persona sedentaria no es una persona sana.
Apostamos por la fisioterapia manual y el ejercicio físico porque sabemos que es lo que funciona mejor. No hay tecnología que sustituya a las manos expertas de un fisioterapeuta. Al tiempo que realizamos terapia manual estamos verificando el estado de cada músculo y ligamento e identificando posibles problemas y sus causas.
La inmensa mayoría de dolores no traumáticos que tratamos se deben a dos causas interconectadas entre sí: mantener posturas incorrectas durante mucho tiempo y llevar una vida sedentaria. Nuestro cuerpo está diseñado para estar en movimiento y protesta en forma de dolor cuando no se mueve lo suficiente. Por eso siempre realizamos un abordaje integral, incluyendo el ejercicio guiado y adaptado para que el alivio que proporciona el tratamiento sea duradero.
Preferimos mil veces que nos saludes por la calle y nos cuentes lo bien que te encuentras antes que verte venir cada semana con dolor.
Cuando tu cuerpo te impone límites, es necesario respetarlos. También te ayudamos a identificar esos límites y saber hasta dónde debes llegar, pero siempre hay alguna actividad física que puedes realizar, seas como seas y tengas la edad que tengas.
Todos hemos oído alguna vez el famoso «te duele porque tienes una vértebra desplazada» o «te he recolocado una vértebra, eso es lo que te provocaba el dolor. Además de completamente falsa, este tipo de afirmaciones provocan en el paciente una sensación de fragilidad, miedo y dependencia.
Por mucho que nosotros hagamos, tú tienes que poner la voluntad y el esfuerzo para sentirte mejor. Nuestro trabajo principal, tanto en camilla como en ejercicio, es reeducar a tu cuerpo, hacer que tus músculos recuperen el tono perdido, que tu postura se reconduzca poco a poco y aprendas a conocer tus propios límites, que normalmente están muy por encima de lo que crees. Pero nunca intentaremos que dependas de nosotros.