La rehabilitación, sea después de una lesión, de un traumatismo o de una intervención quirúrgica, tiene como objetivo fundamental recuperar la movilidad plena o, en su caso, la mayor movilidad posible de la zona afectada, además de mitigar o eliminar el dolor asociado a la lesión o intervención.
Para ello, diseñaremos un programa combinado de técnicas de fisioterapia y ejercicios supervisados que permita a la persona progresar en su recuperación y minimizar posibles dolores.
La mayoría de las personas afronta la rehabilitación cargada de miedos: me va a doler, va a ser duro, no sé si voy a poder moverme como antes…
Es muy importante afrontar la rehabilitación sin miedo. Por supuesto que vas a poder seguir haciendo lo que te gusta o practicando tu deporte favorito. Puede que tengas que adaptar algunas cosas, pero ten esto claro: sea cual sea tu lesión, vas a poder seguir teniendo una vida tan activa o más que antes.
Decirle a una persona que no puede practicar su actividad física favorita o realizar sus actividades diarias no es la mejor forma de empezar una rehabilitación. Nosotros tenemos una norma: no prohibimos cosas, sino que las adaptamos. Es decir, que vas a poder seguir practicando el deporte que te gusta o realizar las actividades cotidianas de costumbre, simplemente tendrás que hacer cambios en la forma de hacerlo para que ayuden a tu rehabilitación y eviten recaídas posteriores.
No sólo no prohibimos: te animamos a realizar actividades físicas nuevas como parte del proceso de rehabilitación.
La rehabilitación no sólo es física, también es mental. Después de un traumatismo o una lesión es normal tener miedo. Miedo al dolor, miedo a que «se vuelva a romper», miedo a tener que volver al médico o al quirófano… Nuestro trabajo también es ayudarte a vencer ese miedo, ganando autoconfianza poco a poco y siendo consciente de tus progresos.